Reflexiones acerca del desarrollo del lenguaje durante el confinamiento extenso.
Es ya conocido por todos que la pandemia por Covid 19 y el confinamiento prolongado que esta impuso no pasaron en vano por nuestras vidas, sabemos que la falta de socialización y de relación con el entorno trajeron consigo no sólo alteraciones en nuestra salud física sino también en la salud mental y en los más pequeños implicaciones en su desarrollo y procesos de aprendizaje que impactan su desempeño en diferentes contextos.
La organización Education Endowment Foundation (EEF) identifica que, según investigaciones de educación en Inglaterra, asociado a la pandemia los alumnos han progresado menos académicamente en comparación con los años anteriores y refieren dentro de las preocupaciones el desarrollo del lenguaje y la comunicación. El desarrollo del lenguaje tiene una base biológica y otra contextual; desde un enfoque constructivista y pragmático es desde el uso social del lenguaje, de la interacción con pares y adultos, que el niño en los actos comunicativos que se dan durante la infancia, comprende y le da estructura a su lenguaje, a la vez que enriquece su contenido.
Llevamos recorrido ya casi un año académico en el San Bartolo, a su inicio y de vuelta a la presencialidad, tanto profesores como miembros del servicio de asesoría escolar veníamos con expectativas frente a las características de desempeño que podríamos encontrar en nuestros niños y jóvenes. En este momento del año escolar y con las enseñanzas que deja el compartir diferentes experiencias de aprendizaje con los más pequeños de ciclo 1, es posible reflexionar en torno a los recursos y necesidades que nuestros niños ponen de manifiesto e identificar algunas características en el desarrollo del lenguaje que se hicieron particularmente notorias posterior al tiempo de confinamiento.
Durante el año académico 2021 – 2022 en el preescolar fue posible evidenciar, en términos del lenguaje oral:
- Un mayor número de niños y niñas en grados prejardín y jardín con necesidad de estimulación para la consolidación de su repertorio fonético, es decir, en la correcta pronunciación de las palabras. Lo anterior puede estar asociado al uso del tapabocas, dado que esta herramienta fundamental en el cuidado de la salud, si impuso una barrera en la interacción ya que le impide al niño tener el modelamiento del habla adulta en cuanto a movilidad de estructuras orofaciales y disminuye la intensidad de la señal acústica de los sonidos del idioma dificultando la comprensión del mensaje.
- Una alteración en el componente pragmático del lenguaje en algunos niños de grado prejardín, que ya evidenciaban algunas necesidades particulares de acompañamiento en el desarrollo lingüístico. El componente pragmático está relacionado con el uso adecuado del lenguaje de acuerdo a la situación y al par comunicativo, tiene que ver con las habilidades básicas de la interacción; en este aspecto, aquellos niños dieron muestra, el primer período académico presencial, de dificultad para identificar al otro como un interlocutor y por lo tanto se evidenciaban fallas en el manejo del turno y mantenimiento del tema conversacional, un pobre contacto visual y un lenguaje poco fluido con una estructura rígida por momentos perseverativa y que no se percibía natural o espontánea.
Al revisar el contexto de estos niños encontramos en común dos factores que pudieron haber sido determinantes:
- Son hijos únicos y por lo tanto durante el tiempo de confinamiento no tuvieron posibilidad de interacción con pares con quienes establecer juego de roles, imaginar escenarios, competir, escuchar, reclamar, explicar… en general crear otras situaciones de aprendizaje natural donde se ponga en juego el lenguaje oral.
- Tuvieron un alto tiempo de exposición a las pantallas y herramientas tecnológicas; si bien los programas televisivos infantiles pueden enriquecer al vocabulario de acuerdo a su contenido, estos terminaron siendo el principal patrón de lenguaje para los niños en un contexto familiar donde los adultos también ocuparon gran parte de su tiempo frente al computador en el cumplimiento de sus demandas laborales. Llamaba la atención el uso repetitivo de frases aprendidas en los programas de televisión que, aunque pudieran ser útiles y contextualizadas con la situación, si hacían el lenguaje poco dinámico, adicional a esto, la entonación de la voz cantada propia de personajes animados.
Con relación a esta última característica del lenguaje en los más pequeños, Nathalia Kartushina, Miembro del Departamento de Lingüística y Estudios Escandinavos, comparte en un artículo los resultados de la evaluación de vocabulario de 1742 niños de 8 a 36 meses en 13 países y 12 idiomas al principio y al final del primer período de confinamiento en sus respectivos países (de marzo a septiembre de 2020) donde concluyen que “En particular, la frecuencia y la duración de la lectura compartida de libros y la exposición a la pantalla se relacionaron con las respectivas ganancias de vocabulario receptivo y expresivo en el encierro: los niños cuyos cuidadores les leían más y que tenían menos exposición pasiva a la pantalla mostraron un mayor vocabulario receptivo y expresivo”.
Cabe mencionar que las características expuestas anteriormente no son el resultado de un proceso investigativo ni de la aplicación de pruebas estandarizadas, sino de la observación en la interacción con los niños, de la conversación con los maestros en espacios académicos y de reflexiones hechas en el diálogo permanente con fonoaudiólogas externas que acompañan procesos terapéuticos de algunos de nuestros chiquitines en el preescolar; estas observaciones podrían estar reafirmando la postura pragmática de Judith Felson y las ideas de Norris y Hoffman en cuanto a los contextos comunicativos cuando refieren que “la calidad y naturaleza del contexto en el cual ocurren las interacciones influye en la adquisición de la conducta lingüística y comunicativa”.
En el cierre de este año escolar y con el retorno a la presencialidad se ven avances muy positivos en cuanto a las habilidades comunicativas de los niños y en la estructura de su lenguaje, una mayor facilidad en la interacción social y el uso de diferentes recursos en su lenguaje expresivo; lo anterior gracias a un trabajo en equipo con las familias quienes se han mostrado comprometidas y receptivas antes las sugerencias y estrategias brindadas, a una mirada amplia y creativa de todos los maestros para enfrentar retos en la enseñanza y al apoyo de fonoaudiólogas externas que han acompañado situaciones específicas donde desde valoraciones integrales y un proceso con objetivos muy definidos, favorecen el desarrollo de las habilidades lingüísticas y comunicativas. En definitiva, el espacio escolar brinda experiencias de aprendizaje que difícilmente pueden ser suplidas en otro contexto.
Referencias bibliográficas
• JP Montecinos (2000) Adquisición y desarrollo del lenguaje y la comunicación: una visión pragmática constructivista centrada en los contextos, artículo en Redalyc.org
• N Kartushina. COVID -19 first lockdown as a window into language acquisition: associations between caregiver -child activities and vocabulary gains. https://psyarxiv.com/5ejwu
Elaborado por:
Ivonne M Zambrano
Fonoaudióloga Ciclo I
Servicio de Asesoría Escolar