La plasticidad neuronal, condición fundamental para nuestro cerebro y el aprendizaje
Seguramente la mayoría de las personas hemos escuchado alguna vez sobre el concepto plasticidad neuronal o cerebral, proceso que nos permite modificar los circuitos neuronales, fortalecer la conexión y eficacia entre las neuronas y consecuentemente desarrollar la capacidad para realizar nuevos aprendizajes.
Para ello, es importante estimular el cerebro mediante todo aquello que implique un cambio, un reto, un desafío… salir de la monotonía y lo rutinario, enfrentarnos a novedades y cambiar el tipo de actividades que regularmente hacemos.
Para los niños más pequeños, vale la pena proponerles actividades según sus intereses a través del juego, que estimulen sus procesos del lenguaje, pensamiento, motores y emocionales; para los adolescentes y jóvenes y considerando que esta etapa está más vinculada a proyectos personales, bríndeles espacios deportivos y de actividades físicas, talleres artísticos, pasatiempos, entre otros y para nosotros como adultos, participar en actividades culturales y sociales o de tipo cognitivo como por ejemplo aprender un nuevo idioma, posibilitarán que nuestro cerebro esté en constante enriquecimiento.
Durante los primeros años de vida, las vivencias e interacciones con el ambiente abren paso a la configuración del cerebro y diseñan una arquitectura neuronal fundamental que serán los cimientos para las futuras experiencias de aprendizaje.
Lo que el niño vea, escuche, toque y sienta en la edad preescolar es de gran importancia para su cerebro. Mediante el juego se estimula entre otros elementos, las habilidades del pensamiento: así cuando se le pide a un niño que salte como un conejo, debe realizar una representación mental del conejo y de la manera cómo éste se desplaza y a la vez, hará una representación mental de la acción que deberá realizar. Esto sumado a todas las habilidades sensoriales y motoras implicadas en el salto.
Con el paso de los años, el cerebro seguirá transformándose y reorganizándose en función de las oportunidades que le ofrezcamos, de ahí lo valioso de continuar exponiéndonos a escenarios ricos en experiencias positivas que también permitirán al final de nuestros años, preservar la mayor cantidad de funciones cerebrales y protegernos de perder algunas de ellas.
Según explicó para el portal de la Fundación UNAM, el Psicólogo y profesor de la Universidad Autónoma de México, César Casasola, la plasticidad cerebral es esencial, puesto que es mediante ella que “los procesos cognoscitivos, sensorioperceptuales, motores e incluso de procesamiento emocional estarán sanos. De inhibirse esta cualidad, el cerebro se deteriorará, degenerará, y será incapaz de responder a condiciones de daño o lesiones”.
Es así, como quiero invitarlos en su rol como padres, a continuar brindando oportunidades y experiencias ricas en estímulos positivos para sus hijos que se constituyan en alimento para el cerebro y por ende para el desarrollo de sus habilidades y en su rol como adultos, a mantenerse activos y dispuestos a nuevos y constantes aprendizajes, que ayudarán a preservar las diferentes habilidades y la capacidad de adaptación a las circunstancias que la vida nos plantea.
Elaborado por:
Inés Elena Martelo B.
Coordinadora Servicio de Asesoría Escolar